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La escandalosa hipocresía de nuestras sociedades consiste en promulgar leyes contra los discursos racistas, xenófobos, sexistas, terroristas y de incitación al odio sin oponerse a la banalización que perpetúa el fetichismo del dinero, del que resulta, por doquier, el trato indigno de las mujeres, de la infancia, de los hombres, de la fauna y de la flora.
Raoul Vaneigem. Nada es sagrado, todo se puede decir. Editorial Melusina. 2ª edición, 2011, pág. 24.